dc.description.abstract | La llegada de la pandemia y el consecuente aislamiento que la viralización del famoso COVID-19 provocó, trajo consigo la paralización abrupta de las rutinas para las cuales estábamos acostumbrados a funcionar: Esto generó muchos signos de preguntas en la mayoría de nosotros; no solo en cuanto a los “cómo” para asegurarnos la subsistencia de cada mes, sino también en cuanto a la incertidumbre del no saber justamente cómo defendernos de este virus que arrasaba en los primeros tiempos con millones de vidas.
La complejidad del contexto mundial en el que estábamos inmersos, sumado al hecho de encontrarnos por primera vez, después de tanto, con tiempo de sobra en nuestras casas, solos, llevó al encuentro con nuestras propias historias y materias pendientes por resolver; lo cual devino en la mayor parte de los casos, en diversos problemas de salud mental (estrés, ansiedad, resurgimiento de traumas, etc.).
Miryan Gonzalez, una docente de artes recientemente jubilada, luego de ejercer por muchos años su profesión enseñando en el taller de artes del Colegio Central Universitario Mariano Moreno las bondades y capacidades que la cerámica como técnica tiene para ofrecer, decidió abrir un espacio en su casa para compartir justamente lo que la cerámica es capaz de generar no sólo en cuanto a lo material y estético, sino en cuanto a la capacidad transformadora y su repercusión terapéutica en aquellos que la practican.
Este proyecto entonces, se desarrolla con la intención de dar a conocer el espacio que la profesora brinda, ya que actualmente el taller cuenta con un sistema de comunicación visual acotado, teniendo en cuenta los objetivos que se pretenden alcanzar desde el mismo. Es de esta manera entonces, que surge la necesidad de contar con un sistema de comunicación visual acorde a los requerimientos detectados específicamente para el espacio anteriormente mencionado. | es_AR |